Arte “hic et nunc”
Intersecciones de Vacío y Sonido en el Arte Cuántico
En la obra de Grazia Santarpia, cada creación se erige como un paisaje sonoro, una afirmación visual de las vibraciones que permeabilizan la realidad.
A través de un lenguaje compuesto de curvas y tonalidades, la artista revela la interconexión entre materia y conciencia, poniendo de manifiesto que los átomos y los quarks, presentes tanto en una mano como en una roca, no son entidades separadas, sino notas de una única sinfonía cósmica.
Estos elementos, que vibran a frecuencias diferentes, nos invitan a reconocer la música silenciosa del mundo que nos rodea.
Mi arte surge de la necesidad de observar el «hic et nunc» del paso del tiempo, entendido a través de las lentes de los conceptos mitológicos griegos de Krìos, Kronos y Aion, en los que estamos perpetuamente inmersos.
Es una meditación que encuentra su expresión en formas no euclidianas ni lineales (geométricas, ovoides y curvas) que ofrecen un reino de probabilidades estéticas y espirituales.
La cal·ligrafia japonesa, amb el seu respecte pel “buit” com a no-buit, guia l'enfocament de Santarpia, on cada traç és un signe de presència i absència, un diàleg entre allò visible i allò invisible.
La interacción esencial de los colores constituye el espectro caleidoscópico del mundo, que interpreto y traduzco a través de la pintura y la escultura.
Estas referencias evocan naturalmente el sonido, y por tanto el ritmo, dentro de las distintas escalas cromáticas.
Mi pintura pretende ser una reflexión poética sobre la realidad subatómica en la que existimos, captando la profunda conexión entre lo visible y lo invisible, entre lo material y lo metafísico.
A través de esta lente artística, me esfuerzo por ofrecer una mirada contemplativa a las capas más profundas de la existencia.
En aquest diàleg s'insereixen les reflexions de poetes com Paul Celan, qui, als seus versos, explora el buit com una dimensió d'aïllament i, alhora, de profunda bellesa.
L'artista s'inspira en pensadors com Lao-Tze, que ens recorda que el buit no és mera absència, sinó un potencial de creació, un llenç sobre el qual es pot pintar la realitat.
Les experiències de soledat i disfunció, de les quals Santarpia es nodreix, evoquen el ressò de Virginia Woolf, qui en els escrits sovint indaga la condició humana d'aïllament, com una atmosfera que pot generar tant ansietat com inspiració.
El seu art sorgeix com un microscopi quàntic, revelant els estats de la matèria natural i convidant l'espectador a explorar un regne de possibilitats infinites.
Marius Schneider afirmava que la música és la manifestació del que no és visible; de manera similar, l'art de Santarpia actua com un portal cap a una dimensió en què el concepte de buit es transforma en un terreny fèrtil per a la reflexió i la creativitat.
Las matices de color y las líneas sinuosas representan una danza poética, una conexión íntima entre la soledad y el acto de crear, evocando la idea de Franz Kafka.
Este autor, en su obra “El proceso”, habla de una vida dedicada a buscar significado en un mundo que a menudo parece hostil e incomprensible. Grazia Santarpia no solo invita a contemplar su trabajo, sino que también provoca una profunda introspección.
En este juego de vibraciones y formas, el público es alentado a reconsiderar su propia existencia y a reconocer la belleza oculta en la oscuridad.
Su arte, por lo tanto, no es solo una expresión estética, sino una reflexión sobre la condición humana, un diálogo abierto con el universo que nos rodea y con la parte más profunda de nosotros mismos.